Irma Palma, académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile e investigadora principal de Vida en Pandemia, sostiene que en el momento de aplicación de la encuesta “la apertura de las escuelas aparecía como contradictoria con el dispositivo social del distanciamiento social. Si se debía tener un distanciamiento físico, se preguntaba entonces cómo hacer en sentido exactamente contrario: mover y reunir a grupos, justamente a niños/as, quienes no podrían cumplir las normas del distanciamiento. Lo anterior, a pesar que la estrategia gubernamental aseguraba que era compatible asegurar protección a las personas y viabilizar el funcionamiento de las escuelas”.

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